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sábado, 17 de mayo de 2014

Nota La Voz Octubre de 2010 / El chico que se enfermó de amor, encontró la cura y la deshechó por completo.

 

Por Emanuel Rodríguez

Esta entrevista fue publicada en la sección Diálogo Exprés del suplemento Temas. Esta es la versión completa.

Ayer lo vi en el CCEC. Estaba flaquísimo y picante. Todavía tiembla un poco desde que pronosticó, en un poema, que Francesca Schiavone ganaría Roland Garrós. Aconsejó apostar, pero ninguno de sus amigos le hizo caso. Pablo Natale me dijo que había que escribir una biografía de Vicente. Le respondí que lo estaba haciendo, de a poco, en cada entrevista que le hago. Si eso es cierto, esto es parte de lo más lindo que tiene mi trabajo.

Vicente Luy es autor de los libros de poesía Caricatura de un enfermo de amor,Aviones, No le pidan peras a Cuper, La sexualidad de Gabriela Sabatini, ¡Qué campo ni campo! y Poesía popular argentina. Es uno de los referentes de la nueva poesía argentina. Vive en Córdoba, donde creció junto a su abuelo, el poeta español Juan Larrea. Autobiográfico en extremo, en su obra da cuenta de una existencia que visita con la misma frecuencia la tragedia y la felicidad, y pinta el presente con cinismo, ironía y sentimentalismo. ¿Qué es la poesía? ¿En teoría? La única ciencia que se ocupa del problema. Pero, sólo en teoría. Hay poemas para tirar para arriba. Todo mundo escribe. Pero faltan poetas.

¿Para qué te sirve la poesía? Para hacer amigos, para coger. Pero, aparte, no tiene que servirme para nada. Soy yo quien está a servicio; del ahora: la espiritualidad, encarnada en el presente.

¿Qué heredaste de tu abuelo Juan Larrea?Heredè ya no tenerlo, no poder charlar. Y con ello su gracia inigualable, su fineza en el habla. Viajamos juntos, con la mochila que me dejó.

¿Cómo definirías tu concepto de poesía exprés?No hay mucho que decir. La poesía exprés implica un lenguaje oral, rápido. Y, remite, como todo, a la política. Así hables sólo de sexo.

¿Qué partes de Córdoba te inspiran amor? Jardín Espinosa, el Córdoba Athletic; la Boutique. Y la cancha de Juniors: ahí vi a Invisible.

¿Qué partes de Córdoba te inspiran odio?La catedral, junto a la central de policía. O peor: la iglesia de los capuchinos. Pero la verdad es que ya no los odio. Todavía molestan, pero van perdiendo fuerza, como una vaca que choca contra otra. Hoy, pululan otras iglesias. Es tiempo de sectas.

¿A qué escritores cordobeses te gusta leer?–Las viñetas de tu amiga, esas a las que pusiste letra, y presentaste al diario y te rebotaron. Eso me emocionó. Pero, en general no leo. Me aburren.

¿Qué importancia tiene la música en tu vida?En términos de cantidad, mucha. A falta de poetas me educaron García y Spinetta. Aunque también Mafalda, y Dostoievski. Y los cineastas. El cine me parece el arte por antonomasia. Y la poesía no es un arte, entiéndanlo de una vez. Pero me preguntaste por la música. Escuchá Tonolec. Después de Sumo, lo + crudo que apareció. ¿Mi banda favorita? ¿hoy? Flopa-Manza-Minimal.

¿Por qué vale la pena vivir en Córdoba?Por nuestras mujeres. Y por nuestros deportistas.

¿Usás a la poesía como estrategia de seducción?Depende del grado de atracción; la necesidad; tu momento interior. Busco una mujer que no conozco. Así que a veces para a alguien por la calle. O en el colectivo. Me siento y digo cualquier cosa; si es ella, lo vamos a saber.

¿Funciona? Claro que funciona. Pero ese no es el fín.

¿Qué te impide escribir más seguido?Nada; escribo cuando quiero. Lo siento, pero es prioridad. Y jamás me siento a escribir; ya, no.

¿Cuál fue el peor error que cometiste?Fueron varios, pero de todos escapé. Como del psiquiátrico. De la San Michelle. Todavía no saben cómo lo hice.

¿Recordás tu último momento de felicidad?Sí; leyendo en San Telmo, en un bar, hará menos de un mes.

¿Quién debería ganar el próximo mundial de fútbol?España. O nosotros, si Diego deja de mariconear y pone a Messi con 2 delanteros. Armando Pastore, y con Di María por izquierda, somos potencia. Lástima que no lo llevó a Cambiasso. Dicen, que porque tiene fama de puto. Sería imperdonable. Jugó un año monstruoso en el Inter. Un profesional, un ganador.

¿Alguna vez dejaste de ser un enfermo de amor?Yo, sí. El hombre no.

¿Qué cosas te obsesionan?Pastore. Quiero que se lesione Verón. Quiero ver a Javier. Es un placer. El mundial, sin él, no sería lo mismo para mí.

¿Por qué nunca tuviste un trabajo común?Lo tengo ahora. Pero, creo, no será por mucho tiempo. Tengo planes.

¿Hay algo que hayas buscado siempre, siempre?El amor de la manada.

¿Qué puede enseñarle el fútbol a la poesía?Nada.

¿Y qué puede enseñarle la poesía al fútbol?Solamente en lo individual: hacerte + inteligente, + perceptivo. Heinze, Coloccini, De Michelis, no son inteligentes.

¿Cuál es tu mayor preocupación en este momento?– La de todos. No hay nada + espiritual que el dinero.

¿Qué cosas te hacen reír?El placer. Peter Hammil tocando el piano me hizo reír. Seinfeld, García, Allen, Lynch; y el profundo Almodovar. Boogie el acetoso, cuando parco acota: "el único instrumento de cuerda que me gusta es la horca".Qué sé yo. Me he reído con chistes tuyos.

¿Qué hay que leer para entender el mundo, hoy?Pondría al mundo en segundo plano. Empezaría por casa. Psicoterapia existencial, de Irvin Yalom.

¿En qué hay que gastarse el dinero?¿El mío; o el del estado?

¿Por qué titulaste uno de tus libros “¡Qué campo ni campo!”?–Incluye una escena en donde mato a la presidenta. En un ataque de violencia. Por la distribución de la riqueza. El título es un contrafrente. Igual, no estoy matando a la persona sino al jefe de estado. ¿Magnicidio se llama?

¿A vos te hizo juicio la ciudad, por pornografía?Y lo perdió. Llamé a Martí, intendente por aquel entonces, como único testigo a mi favor. Él había salido a decir por televisión que si bien mi afiche no era pornográfico, no era estético, que había gente entrada en carnes… Se tiró contra la gente común. Un asesor, por el amor de Dios. Un nabo. Estamos gobernados por nabos; encima, mal intencionados. Y, los que esperan, son peores. Aunque, ya lo sabemos, unos y otros y los de más allá integran todos el mismo bando. Distribuyen, entre sus familias y sirvientes. Dijo Darín el otro día en una nota en este diario: "Lo 1ro es el hambre, la educación. Después, vemos." Agrego: es eso o la guerra. No sé cuántos somos; pero estamos. Y, llegado el momento, vamos a dar batalla. Esto, repito, es una vergüenza.

¿Talleres, o Belgrano?–Talleres, Belgrano, Instituto, Racing... entre los 4 no hacen uno. Odio eso de los cordobeses; la cosa chiquita. Debiera haber un, el, glorioso Córdoba Futbol Club. Es algo que nos debemos. Acá vimos a Maradona, al Bocha, al Beto Alonso; al loco Gatti... Yo Primera B no veo ni ahí. En la calle, juegan mejor. Y esos campos de juego; deprimentes. Quiero un gran club, para recibir a grandes visitas.

¿Creés en el cielo y el infierno? ¿A qué lugar te correspondería ir?Creo que todo está acá. Y empieza AHORA. Si no podés cambiar tu mente en un instante, ¿para qué pensás? Diego Cortès dixit.

Tenés la última palabra. ¿Cómo te querés despedir de esta entrevista?Sonriendo.

 

Link original : http://vos.lavoz.com.ar/content/el-chico-que-se-enfermo-de-amor-encontro-la-cura-y-la-deshecho-por-completo


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